Así fue el último concierto de Black Sabbath

Así fue el último concierto de Black Sabbath

En un maratón musical repleto de momentos históricos, Black Sabbath dijo adiós en un show con invitados de lujo, homenajes, emociones a flor de piel y un cierre tan estruendoso como conmovedor

Un adiós eterno, con la potencia de un trueno y la emoción de una lágrima: Black Sabbath tuvo su despedida definitiva, rodeado de leyendas del rock y con un show inolvidable. La noche que marcó el final de una era fue también una celebración monumental del heavy metal. 

El evento reunió en el escenario a figuras clave del rock mundial, creando una atmósfera electrizante que resonará en la memoria de los asistentes. Uno de los momentos más impactantes fue cuando Billy Corgan, líder de Smashing Pumpkins, y Tom Morello, guitarrista de Rage Against the Machine, se unieron para una potente versión de “Breaking the Law” de Judas Priest. Este encuentro fue solo el principio de una noche repleta de colaboraciones memorables.

Sammy Hagar, exintegrante de Van Halen, también subió al escenario para interpretar “Flying High Again”, un clásico de Ozzy Osbourne, dejando al público en un estado de euforia. Más adelante, el escenario ardió con la presencia de Ronnie Wood, de los Rolling Stones, Steven Tyler, de Aerosmith, Travis Barker de Blink-182, y el productor Andrew Watt, quienes recrearon “Walk This Way”, formando un auténtico supergrupo que hizo vibrar a los presentes.

No se quedó atrás Tom Morello, quien compartió escenario con Nuno Bettencourt, de Extreme, en un tema cantado en portugués, dedicado al futbolista Diogo Jota. Además, junto a Chad Smith, de Red Hot Chili Peppers, ofrecieron una furiosa versión de “Whole Lotta Love” de Led Zeppelin, un homenaje que resonó con fuerza en la multitud.

La presencia de Guns N´ Roses también fue significativa, ya que la banda versionó varios temas de Black Sabbath antes de cerrar su set con los himnos “Welcome to the Jungle” y “Paradise City”. Metallica, por su parte, hizo sentir su peso en la historia del rock al incluir “Master of Puppets” en su repertorio, además de rendir homenaje a Black Sabbath con versiones de “Hole in the Sky” y “Johnny Blade”, del último álbum de la banda con su formación original. James Hetfield, vocalista de Metallica, expresó su gratitud: “Sin Black Sabbath no habría Metallica. Gracias, muchachos, por darnos un sentido en la vida”.

La lista de músicos que pasaron por el escenario fue extensa e incluyó a integrantes de Limp Bizkit, Ghost, Soundgarden, Korn, Yungblud y Ugly Kid Joe, lo que subrayó la influencia que Black Sabbath ha tenido en generaciones de artistas. El actor Jason Momoa, quien ofició de presentador, se sumó al mosh pit durante la actuación de Pantera, desatando la locura entre el público.

A lo largo de la jornada, las pantallas gigantes mostraron escenas insólitas y divertidas, gracias a la inteligencia artificial. Los asistentes pudieron ver a Ozzy Osbourne transformado en personajes de películas icónicas, desde un alien de Avatar hasta el niño de Sexto Sentido, pasando por Piratas del Caribe y una aparición junto a los Beatles en 1964, lo que añadió un toque de humor a la solemnidad del evento.

El momento más esperado llegó al final de la noche, cuando los cuatro miembros fundadores de Black Sabbath tocaron juntos por primera vez en dos décadas, tras años de distancia por problemas de salud y diferencias personales. Ozzy Osbourne apareció en solitario, sentado en un trono con respaldo de murciélago, uñas pintadas de negro y un delineador espeso, al mejor estilo Sui Generis del metal. Interpretó cinco temas clásicos de su carrera solista: “I Don´t Know”, “Mr. Crowley”, “Suicide Solution”, “Mama I´m Coming Home” y “Crazy Train”.

Veinte minutos más tarde, el estadio retumbó cuando se reencontró Black Sabbath. El set incluyó media hora de pura historia con temas emblemáticos como “War Pigs”, “N.I.B.”, “Iron Man” y “Paranoid”, como despedida definitiva. “Esta fue la última canción de todas. El apoyo de ustedes nos permitió vivir una vida increíble. Muchas gracias desde lo más profundo de nuestros corazones”, dijo Ozzy, justo antes del estallido de fuegos artificiales que iluminó la noche.

En una entrevista reciente, Sharon Osbourne, esposa de Ozzy y mánager histórica del grupo, confirmó que se trató del último concierto: “No hay forma de que haya más. Hemos terminado. He estado haciendo esto desde los 15 años y ya no quiero más. Solo queremos vivir y hacer lo que queramos, sin seguir un itinerario”.

Así, en el eco de cada riff y cada grito, quedó grabado un adiós que no es final, sino leyenda. Porque el metal no muere: solo se transforma.