Tiene 16 años y toca un violín de más de tres siglos: Teo Gertler, el niño prodigio que brilló en la Argentina
Teo Gertler, el niño prodigio que brilló en la Argentina
Los chicos de la numerosa orquesta musical San Martín afinan sus instrumentos. Siguen las indicaciones del director de orquesta, haciéndolos sonar en distintos fragmentos del Concierto para violín y orquesta de Brahms. Suena de maravillas, pero el director Mario Benzecry detiene la música, da indicaciones, y la música vuelve a empezar. Otra vez, y otra. Se busca la perfección, la excelencia. Cuando Teo Gertler entra con su violín, sucede una pausa distinta: los músicos se ponen de pie y lo aplauden.
Claro, el joven maravilla de 16 años nacido en Eslovaquia, está considerado como uno de los grandes, o pequeños grandes virtuosos de la música clásica en la actualidad. Lo admira Plácido Domingo, tocó al lado de Andrea Bocelli y se convirtió en un fenómeno para las audiencias europeas desde que subió a un escenario con solo 8 años.
A su alrededor circulan nerviosos los asistentes, bajo la mirada atenta de su mamá. Pero Teo parece muy capaz de manejarse solo. Acepta charlar con su instrumento en la mano. No es un violín cualquiera, sino un Guarnieri de 340 años, con el que tocó por primera vez una pieza melancólica de Paganini y que lo acompaña desde entonces gracias a un préstamo.
En su sonrisa adolescente, en su discurso fresco, salpicado por algunas palabras en castellano que aprendió con una novia española, se adivina que Gertler ha logrado lo que no todos los niños prodigio pueden: hacer convivir al estudiante secundario promedio (bueno, alumno de Oxford), con el genio del violín que practica entre cinco y seis horas por día los fines de semana.
Además, juega al fútbol en el mediocampo, adora a Maradona (lo prefiere a Messi) y está feliz de pisar la Argentina campeona del mundo. ¿Hay un lado B, el costado difícil del niño prodigio? “Yo no conozco, porque disfruto mucho de lo que hago”, contesta. Luego lo demuestra en el escenario, envuelto en la belleza de la música de Brahms, que de pronto parece haber sido compuesta para que él la interprete.